Padres, hijos y monedas

¿Por qué hay personas que caminan por la vida con una sonrisa y otras que viven enfadadas con el mundo? Los defensores de la teoría sistémica, basándose en un concienzudo trabajo fenomenológico, plantean que la actitud de las personas hacia la vida depende de un ejercicio básico e inicial: el agradecimiento a los padres. Lo que llaman también honrar o tomar a los padres.

En algún momento cercano a su madurez, el hijo, se hace consciente de que sus padres le han dado el mayor y más importante regalo: la vida. Sin importar como esto haya sucedido, o cual haya sido el tipo de vida que ha recibido, agradece de corazón este regalo. A partir de ahí, con esa consciencia y sentimiento de gratitud, inicia su camino.

Joan Garriga, en el libro ¿Dónde están las monedas? Lo explica a través de una alegoría preciosa. Cuenta como todos los padres entregan al hijo unas monedas. Éste las toma y les agradece el regalo recibido, sin importarle cuantas sean o de que estén hechas, y así inicia su vida con independiente. Cuenta también que hay otros hijos que miran las monedas y las juzgan, considerando que no son suficientes, o no tienen la calidad que esperaban. A regañadientes las toman y tratan de buscar a lo largo de su vida nuevas monedas que compensen las carencias de las anteriores. Arrancan su independencia con sentimientos de ira, frustración y decepción. Y así pasan el resto de su vida, buscando, comparando, recriminando y desconfiando.

No siempre la vida que los padres proporcionan al hijo es sido la más cómoda, o la que él necesitaba, puede incluso que su casa fuese más parecido a un infierno que a un hogar. En cualquier caso esos padres, se pusieron en riesgo, consciente o inconscientemente, para dar vida vida a un nuevo ser. Su existencia se debe solamente a ellos.  Y es aquí donde radica el ejercicio de agradecimiento, y la forma en la que cada persona mira a la vida. Es por eso que hay quien nunca está satisfecho con lo que tiene, o requiere incansable de los demás una atención que nunca termina de satisfacerle. Nunca le quieren lo suficiente, no le cuidan como merece, no le pagan lo que espera… Si este es tu caso, merece la pena que lo trabajes. Solo cuando deshagas este nudo vas a vivir con plenitud.

Noemi Galindo Vallejo

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